Primer Periodo de la Guerra en África
En vista de la situación altamente crítica, creada por los aliados italianos, dos divisiones Alemanas, una ligera y otra blindada, serían enviadas a Libia, para prestarles ayuda. El encargado de llevar a cabo la campaña seria el por entonces General Erwin Rommel, quien había obtenido grandes resultados en la campaña Francesa en 1940.
A mediados de febrero tendría lugar la llegada a África de los primeros contingentes. El traslado de la 5.a División ligera quedaría completado a mediados de abril, y el de la 15.a División Panzer, a finales de mayo.
Como condición básica para aportar dicha ayuda se fijó la de que el Gobierno italiano adoptase las medidas necesarias para defender Tripolitania en el sector del Golfo de Sirte, en una línea que corría al sur, desde las cercanías de Buerat, con el fin de asegurar el espacio necesario para el empleo de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) en África. Ello significaba una alteración del primitivo plan italiano, que se limitaba a la defensa de la línea de defensa de Trípoli. Las fuerzas motorizadas italianas en el Norte de África, serían colocadas bajo el mando de Rommel, mientras que este a su vez, quedaba subordinado al Mariscal Graziani.
Por la tarde del 6 de Febrero, Rommel se presentó ante el Führer, el cual le dio un informe amplio y detallado de la situación, notificándolo que le había sido recomendado como el hombre que con mayor rapidez se adaptaría a las condiciones reinantes en el teatro de la guerra africano, tan distintas a las usuales.
Le aconsejaron concentrar sus tropas en una zona alrededor de Trípoli, para entrar en acción formando un solo Cuerpo. Por la noche el Führer le mostró cierto número de revistas ilustradas inglesas y americanas en las que se describía el avance de Wavell por Cirenaica. De especial interés le resulto a Rommel la magistral coordinación demostrada entre fuerzas de tierra acorazadas, aviación y marina inglesas.
La primera división italiana se puso en marcha hacia Sirte el 14 de febrero. Aquel mismo día, las unidades alemanas empezaban a llegar a Trípoli. Eran el 3er Batallón de Reconocimiento, y otro de antitanques. Ante una situación tan peligrosa, Rommel apresuró el desembarco, ordenando que prosiguiera durante la noche, a la luz de numerosos focos, aunque ello significará correr el riesgo de un ataque aéreo.
La descarga nocturna de un transporte de 6.000 toneladas constituyó un record para el puerto de Trípoli. A primeras horas de la mañana siguiente los soldados recibieron su equipo tropical, y a las once formaban en la plaza, frente al palacio del Gobierno. Su aspecto irradiaba absoluta confianza en la victoria, y el cambio de atmósfera que acababa de operarse en Trípoli no pasó inadvertido a los habitantes de la ciudad. Tras un breve desfile, el Barón Von Wechmar (jefe del 3.er Batallón de Reconocimiento) partió con sus hombres hacia Sirte, llegando al frente veintiséis horas después.
El día 16 tropas de reconocimiento alemanas acopladas a la columna Santa María realizaron su primera acción contra el enemigo.
El 17 de febrero el enemigo se mostró muy activo. Dicha impresión quedó incrementada cuando el 18 se señaló la presencia de más unidades inglesas entre El Agheila y Agedabia. Para darles impresión de actividad Rommel, decide hacer avanzar al 3er Batallón de Reconocimiento, reforzado por el Batallón Santa María y el 39.° de Antitanques,hasta la zona de Nofilia, con instrucciones de establecer contacto con el enemigo.
El 24 de febrero tuvo lugar el primer choque entre tropas alemanas e inglesas en África. Dos vehículos de exploración enemigos, un camión y un automóvil quedaron destruidos, capturándose a dos soldados y un oficial, sin que por el bando ítalo- alemán se sufriera baja alguna.
Aquel avance permitió ocupar una zona de importancia, al tiempo que fortalecía la situación. La laguna salitrosa, conocida con el nombre de Sebcha el Chebira, se extiende allí en una extensión de 32 Km. al sur de la Vía Balbia, y es impracticable para los vehículos, excepto en algunos lugares que pronto quedaron minados. Hubiera sido posible rechazar ahora cualquier ataque frontal y, por otra parte, no era de esperar un movimiento envolvente por parte de los ingleses que obligara al enemigo a larga y penosa marcha por comarcas arenosas. En Mugtaa los alemanes se encontraban a 800 Km. de Trípoli. Habían ganado para tráfico propio el pequeño puerto de Ras el Ali, que, al igual que otros muchos lugares con nombres pintorescos, no era más que un paraje desolado y misérrimo, y la intendencia pudo suministrar a las tropas con mayor facilidad.
Las operaciones contra Mugtaa obligaron a los ingleses a retirarse hacia el este, los alemanes suponían que el grueso de las tropas debía encontrarse alrededor de Agedabia y a lo largo de la costa hacia Derna.
Las fuerzas inglesas habían quedado reducidas, en número y calidad, mucho más de lo que Rommel podía suponer. A finales de febrero la 7.a División Acorazada había sido mandada a Egipto para descansar y reorganizarse, ocupando su lugar la mitad de la 2.a División Acorazada, enteramente bisoña, mientras el resto pasaba a Grecia. La 6.a División australiana había sido reemplazada por la 9.a de idéntica procedencia, pero parte de la misma fue retenida en Tobruk, a causa de dificultades en el aprovisionamiento. Además de carecer de experiencia, las nuevas formaciones habían sido despojadas de buena parte de su equipo y sus transportes en beneficio de la expedición a Grecia. Además, O'Connor había vuelto a Egipto, siendo substituido por el General Nearae, sin experiencia de la guerra mecanizada en el desierto.
Al aceptar tales riesgos para prestar el «máximo apoyo» a la aventura griega, Wavell se basaba en la creencia de que «los italianos de Tripolitania podían ser considerados como inexistentes, mientras los alemanes no aceptarían el riesgo de mandar grandes núcleos de tropas acorazadas a África, en vista de la ineficacia de la marina italiana». Había acertado, en general, por lo que respecta a la actitud del Alto Mando alemán, y también en su suposición de que sólo el equivalente a «una brigada acorazada» (el 5.º Regimiento Panzer) había sido ya desembarcado. Razonando normalmente, Wavell podía afirmar el 2 de marzo: «No creo que con tales fuerzas el enemigo trate de reconquistar Bengasi». Pero un juicio tal no servía con un hombre como Rommel.
Tras la captura de El Agheila, los puestos avanzados ingleses se replegaron sobre el desfiladero de Mersa el Brega, según informaciones de la fuerza aérea alemana.